El 9 de julio de 1816 el Congreso General Constituyente reunido en Tucumán, firmaba la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y afirmaba la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”.
Rosalía de los Ángeles Fucello
Vicepresidente Honorable Concejo Deliberante de San Isidro
Hoy, nuestra nación soberana y autónoma se ve azotada por una persistente dificultad y una agobiante incerteza derivadas de una pandemia. Persiste la dificultad económica y social de la actividad paralizada y de vivir en aislamiento. A la vez que nos atormenta la incerteza de no saber hasta cuando se extenderán las condiciones y de desconocer un plan de salida y recuperación.
Al ya complejo escenario se suman prácticas y manifestaciones demagógicas por parte de la dirigencia, que bajo la excusa de un Estado más presente avanza en peligrosos precedentes para la Republica, la democracia y la libertad.
Todo este contexto se traduce en un profundo y latente disgusto que se manifestó una vez más.
En ausencia de actos conmemorativos y a pesar de estar limitados en nuestras libertades para resguardar la vida propia y ajena; fue la propia ciudadanía que este 9 de julio hizo manifestación expresa de su malestar y preocupación, rindiendo un homenaje excepcional a la Patria y reivindicando los valores que le dieron vida a la Nación.
204 años después de haber consagrado la independencia y de haber puesto fin a los excesos, nuestro pueblo se encuentra reivindicando la historia. Esta vez, no nos convocó la dominación o el exceso extranjero, sino la dominación y el exceso de los propios.
En lo personal me llena de orgullo y esperanza saber que la ciudadanía, autoconvocada, en paz y con genuina convicción patriótica está dispuesta a defender postulados y valores tan elevados. La postal del pasado jueves deja un mensaje contundente que no podemos des oír, menos aún quienes tenemos responsabilidades de representación o quienes la tienen en la conducción de las distintas jurisdicciones y niveles.
Los argentinos conocemos y amamos la libertad; y no estamos dispuestos a perderla. También sabemos que las instituciones existen; estamos dispuestos a respetarlas y exigir que funcionen. Hoy y siempre: ¡Viva la patria!
Rosalía de los Ángeles Fucello
Vicepresidente Honorable Concejo Deliberante de San Isidro