La resistencia interna, el "hasta ahí" con Macri y la apuesta por Rodríguez Larreta.
Puede decirse que Elisa Carrió se despidió más veces de la política que Los Chalchaleros de los escenarios. Pese a que en octubre del año pasado anunció su indeclinable paso al costado, días atrás confirmó su regreso a la arena política, después de mantener un raid de encuentros clave con los principales armadores de Juntos por el Cambio.
Tan resistida como ponderada por distintos sectores de la coalición opositora, la figura de Carrió no pasa inadvertida jamás. Mucho menos después de que anunció su intención de “dar pelea” en la provincia de Buenos Aires con una candidatura que cuenta con un fuerte apoyo dentro del "ala moderada" del PRO, pero mucha resistencia hacia el interior del partido. A continuación, el TEG de "Lilita": los amigos y enemigos de Carrió.
Horacio Rodríguez Larreta
El jefe de Gobierno porteño es la gran apuesta de Elisa Carrió, quien lo reconoce desde hace tiempo como el nuevo líder y conductor de la oposición. La relación es fluida y tiene a Diego Santilli como principal interlocutor. Rodríguez Larreta apoyará la candidatura en la Provincia y valora el apoyo que “Lilita” le brindó cuando desde el sector más duro de Juntos por el Cambio cuestionaban su “dialoguismo” con el Gobierno y las postales junto a Alberto Fernández y Axel Kicillof.
La “buena onda” con el alcalde porteño no es casual. La lectura política de Carrió es clara: considera que la estrategia de Cristina Kirchner es polarizar la arena política de cara a las próximas elecciones y cree que Rodríguez Larreta es la figura con mayor cintura para enfrentar “el avance del cristinismo”. “la barbarie no hay que responderle con más barbarie. La oposición debe ser firme, clara, moderada y de estricto apego a la Constitución Nacional”, expresó.
Mauricio MacriLa derrota electoral del 2019 marcó un nuevo antes y después en el zigzagueante vínculo entre el ex presidente y Carrió. “Lilita” le atribuyó no sólo el regreso de Cristina Kirchner al poder, sino que además le espeta haberle “salvado” la presidencia en más de una oportunidad. El diálogo se tensó más que nunca en el mes de octubre, después de que la ex legisladora sentenciara: “Macri ya fue, el candidato ahora es Horacio”.
La declaración de muerte política de Carrió obligó a Macri a levantar el teléfono. “Me dijo: ‘Tu única función es denunciar, es para lo único que servís’. Le corté el teléfono y después le dije que no le iba a hablar nunca más. Y así va a ser”, prometió hace sólo un mes.
Sin embargo, en las últimas semanas hubo un nuevo acercamiento. “Siguen siendo amigos, pero están distanciados. Retomaron el diálogo y se llevan muy bien. No comparten las formas, ni la visión en torno a cómo construir una nueva oposición”, reconocen desde el entorno de Carrió.
María Eugenia Vidal
Aunque se muestran juntas cada vez que pueden y los elogios son cruzados, lo cierto es que el vínculo entre María Eugenia Vidal y Elisa Carrió “está ahí, al filo”, según otros miembros de Juntos por el Cambio. “Hay rispidez desde lo que pasó en el año 2017. ‘Lilita’ no le perdona el no haber podido competir con Cristina en la provincia”, suman.
La intención de la líder de la Coalición Cívica era enfrentar en un mano a mano electoral a Cristina Kirchner, después de que la por entonces senadora nacional hiciera pública su intención de competir en suelo bonaerense. “Vidal no me quiere compitiendo, así que no voy a ser candidata”, se quejó de forma pública en la antesala de las legislativas.
El acercamiento con Rodríguez Larreta obligó a las damas de la oposición a “acercar posiciones”, pero la tregua duró poco. Desde el “vidalismo” considera que el anuncio de la candidatura de Carrió responde a una estrategia para forzar la definición de la ex gobernadora, quien al momento no definió si será candidata en la provincia o en la Ciudad. Ese cuestionado silencio permitió, según la lectura de “Lilita”, el despegue de precandidaturas que no aprueba, como la de Emilio Monzó.
Martín Lousteau, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio: los “innombrables”
La interna radical de Juntos por el Cambio es otro de los frentes internos de Elisa Carrió. Alineada con Mario Negri, la ex legisladora da su propia batalla para dinamitar cualquier posibilidad de crecimiento de Martín Lousteau dentro del partido. Lo ve como un hombre de Emiliano Yacobitti y Enrique “Coti” Nosiglia, a quienes “no puede ni ver”.
La ambición del ala disidente del radicalismo es que Lousteau alcance la candidatura a la jefatura porteña, teniendo en cuenta la imposibilidad concreta de Rodríguez Larreta y de Santilli de repetir la fórmula. Con Vidal todavía indecisa –y con palpables ambiciones electorales-, Carrió busca “resistir” el avance interno.
Las diferencias con Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, a quienes les espeta gran parte del fracaso electoral del 2019 y los acusa de haber “entregado” a Vidal, siguen al rojo vivo. La expresa voluntad de Monzó de desembarcar en la provincia hizo que “Lilita” pusiera primera y se subiera nuevamente al ring electoral. Rodríguez Larreta oficia de mediador, pero todo indica que las diferencias se dirimirán en las primarias (si es que no se suspenden).
Patricia Bullrich
La interna con la presidenta del PRO sigue también al rojo vivo. Para “Lilita”, la dura posición de Bullrich es “funcional a los intereses del kirchnerismo” y atenta contra la posibilidad de construir un espacio opositor de mayor diálogo, como el que cree ver de la mano de Rodríguez Larreta.
El último diálogo se produjo en octubre de este año. Llevaban diez meses sin hablarse. Fue Elisa Carrió quien levantó el teléfono para buscar el apoyo a la candidatura de Daniel Rafecas. “Le explicó su lectura política, que era el ‘mal menor’. Pero no hubo buena recepción por parte de Patricia”, reconocen.
La soltada de mano llegó, claro, después de que Carrió cuestionara el apoyo de Bullrich y Macri a los banderazos contra el Gobierno del Frente de Todos durante la pandemia. “El que se radicalice, está jugando en contra de la Argentina. Ya sea por derecha o por izquierda”, denunció tras la primera convocatoria.