Cuando se teme a alguien... por Guillermo Banzas

“Cuando se teme a alguien , es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”
Hermann Hesse.

Dr. Guillermo Eugenio Banzas
La frase y el autor elegido para escribir esta semana, no es casual, como nunca, siempre trato de que tenga relación directa con los que vamos a comentar, y esta semana hablaremos del “miedo”.
Hace días que venimos insistiendo en las Redes Sociales con el concepto de Unidad Política del Espacio y en lo posible hacerlo crecer invitando a expresiones del “centro del espectro político” a incorporarse a este segundo intento de salir del siglo XX e ingresar definitivamente en el siglo XXI.

La tarea de Miguel Ángel Pichetto se está realizando exitosamente en el sector de la sociedad que admite su correspondencia con el peronismo, pero que no se siente representada por la actual administración, a la cual no la podemos definir desde las Ciencias Políticas, pero si desde el Código Penal.
Se genera en todos una reacción de esperanza, en el medio de una pandemia mal administrada, cuestionada en su tratamiento y su extensión.

Sin embargo recurrentemente aparecen los fantasmas de que el voto de la sociedad no sería respetada en el 2021, por cuestiones ajenas a su voluntad; por la presencia de miembros de una fracción política minúscula, pero promocionada en los centro de toma de datos del Correo y en el propio Correo Central, sobre eso quiero escribir unas líneas.
El sistema Electoral.
La Argentina tiene un sistema electoral dual, es decir uno Federal: que interviene cuando se eligen candidatos a ocupar puestos de ese orden; y otro provincial: cuando las elecciones son jurisdiccionales, en el 2021 se votan Senadores y Diputados Nacionales por lo que el control electoral le corresponde al Estado Federal.
Las acciones del Estado administrador se consideran legítimas, por lo que el término “fraude electoral” no es adecuado, ni tampoco existe, ya que el Código Electoral Nacional no lo contempla, se toma en consideración situaciones que puedan interferir, desviar, interrumpir la legítima y constitucional expresión de la voluntad del votante, es decir el Estado que hace la elección, la administra y controla, no puede cometer actos tipificados en el Código Electoral, si los hay, son personas las que los cometen.

Pero vayamos a lo importante: La voluntad ciudadana, se construye de a un voto en las mesas de votación, es allí donde se genera el acto electoral básico y constitutivo, es por eso que insisto en que la fiscalización electoral en las mesas de votación es el primer y principal lugar de control de la voluntad ciudadana.
Fiscalizar: es saber controlar, pero es también contar con una apoyatura estratégica que proteja al fiscal, y esto normalmente lo ofrecían los Partidos Políticos. Pero estamos frente a otros fenómenos, que no son menores.

Generalmente la fiscalización de una elección se apoya en los liderazgos locales, los candidatos a Concejales deben asegurar la fiscalización en las Escuelas, los candidatos a Diputados o Senadores Provinciales sus respectivas Secciones electorales y los Senadores y Diputados Nacionales coordinar las Provincias que representan, siempre ha sido así, al menos en los Partidos Nacionales, con lo que normalmente se llama “estructura”.
En el 2015, organizamos el Acto electoral, de acuerdo en parte a estos principios que detallo y se pudo controlar, con muy pocas irregularidades que fueron subsanadas en el escrutinio definitivo, igual en el año 2017.

¿Qué pasó en el 2019, entonces?.
Puedo solo postular algunas razones: primero, no se le prestó demasiada atención a las PASO; ya que los candidaturas no tenían “competencia interna”, tanto el oficialismo de entonces como la oposición marchaban con sus candidatos sin tener que ponerlos a la consideración de una competencia con otros de su propios espacios, por lo tanto en términos electorales “nadie ganaba, o perdía”; lo que si se determinó porque así lo impusieron los Medios era que había alguien más votado que otros, es decir nos llamaron a una competencia, cuando nadie competía.
El resultado, que favoreció a quienes tenían intención de generar una sensación de triunfo, jugó como una “primera vuelta” y la diferencia fue tan grande que género varios hechos simultáneos.
Desde el periodismo, que suponía que las PASO definían la elección de octubre y que en el medio del conflicto que generó el éxito de los Fernández las variables económicas comenzaron a escaparse, hubo periodistas que postulaban que el Presidente Macri debía retirarse, hasta las deserciones, de quienes indudablemente no tenían espíritu, ni experiencia para enfrentar una derrota y tratar de revertirla.

La política potencia las condiciones anímicas de las personas o nos muestran sus miserabilidades , a Juntos por el Cambio le pasó las dos cosas, muchos nos pusimos la campaña al hombro desde nuestros lugares y otros se quedaron callados, y hubo quienes empezaban a tender puentes hacia el kirchnerismo, solo para salvarse ellos de las consecuencias de una derrota.
30 días, 30 Actos.
Mauricio Macri escuchó a la política, es decir, a radicales y a peronistas de Pichetto, y salió al encuentro de su sociedad, y todos vimos cómo, en cada acto, se multiplicaban los asistentes; la sociedad acompañó a su Presidente, fuimos a Octubre en inferioridad de condiciones por los Medios, los Empresarios que esperaban el triunfo de Fernández para aliviar su situación judicial por la causa de los Cuadernos, e infinidad de objetores a la política del Presidente Macri, aún así se bajó la diferencia del 50 % es decir se perdió solo por 7 puntos contra todo el peronismo unido, los sindicatos, los Medios y los empresarios, tan mal no lo hicimos.

Fallamos en la tercera sección de la provincia de Bs. As., porque quien debió fiscalizar no lo hizo del todo bien.
La verdad es que el fenómeno de los Dirigentes salidos de las “consultoras” de imagen nos generan la siguiente y básica pregunta: en un sistema electoral de mesas y boletas, si el dirigente no aporta los fiscales, alguien lo debe hacer por él, ¿verdad?; ¿Quiénes serían entonces los que se comprometen 12 horas de un día domingo, más las horas o días de un escrutinio definitivo?.

Por lo tanto, digo que tenemos un sistema de selección de candidatos, que no es coherente con el sistema de control.
Por lo tanto debemos pensar en este detalle, además mi experiencia me dice que el dinero mejor gastado es en la fiscalización, menos consultores y más fiscales.
Si logramos entender, sobre todo los Dirigentes, que los fiscales en los lugares difíciles y complicados de la Provincia de Buenos Aires, no pueden ser “voluntarios” surgidos de ONG, sino militantes de Partidos Políticos comprometidos con el Candidato local, y que los “voluntarios, pueden cubrir espacios de fiscalización en lugares que son más tranquilos, y controlados, habremos asegurado la elección.

Repito, la elección se gana y se pierde en una mesa, hoy hay tecnología y Resoluciones de la Cámara Nacional Electoral que se usan: por ejemplo el escaneo de los certificados y telegramas del Comicio, ahora de nada sirve que se pueda escanear si se suma mal, o no tenemos fiscales en esa mesa.

El Control del Correo es recibir y controlar telegramas con los enviados de los fiscales con lo que está escaneado en pantalla además sumarlos y publicarlos, mesa por mesa, lo único que pueden “manipular” es el flujo, es decir, qué lugar entra primero, pero eso solo le sirve para los Medios, al final de la jornada si se controló en todas las mesas que el resultado será consistente.
Reflexiones.
En el año 2015 en el Correo, la Empresa que suministró la “informática y la carga” no fueron “amigables”, pero frente a un férreo control, no hubo dificultades, porque la elección la ganaron los fiscales en las mesas, esos anónimos héroes a los que nadie destaca, yo los reivindicó como la pieza más importante del control electoral.

Podemos tener los mejores candidatos, pero si no tenemos los mejores fiscales no tenemos nada.
Por eso concentremos nuestro esfuerzo en esto, lo demás viene solo.

Tranquilos, quería hacer una aproximación a temas electorales, para que no le tengamos miedo a una “fábula”, en el 2017 lo tenía a Rodolfo Tailhade de contraparte en el Correo, y no pasó nada.
Tratemos de pasar estos días lo mejor posible.
Nos veremos el 17 de Agosto, a lo mejor vernos juntos en todas las calles de todas las ciudades del País nos tranquiliza y nos da fuerza.
Los abrazo desde San Salvador de Jujuy.